lunes, 2 de marzo de 2009

¿poque cuesta entender lo espiritual en nosotros mismos?

¿Cuáles son los inconvenientes que encuentran las personas para entender la existencia espiritual, en sí mismos?

• Que toda su actividad cotidiana se realiza con el sistema mente_ integrado por la mente propiamente dicha y el cerebro_ de tal forma que el pensar y el hacer lo hacen sentir inmerso en las formas psicológicas, materiales; en sus ideas concretas.
• Que se han acostumbrado a un sistema de imágenes que se incentiva continuamente, desde los medios, desde el arte, desde la fotografía y desde los objetos que pueblan el universo.
• La integración de su estructura biológica, que se le impone a través de los sentidos, en forma imperiosa y desiciva.
• Desde el imaginario, que esta formado por la cultura incompleta, que no solo tiene partes faltantes, sino que asevera determinaciones falsas.
• Por el sufrimiento existencial, que no puede entender, ni tiene demasiadas fuentes de información.
• Un reducionismo brutal e inexorable de las expresiones espirituales, debido en gran medida a los sistemas mercantiles imperantes, que generan una gran tensión por la sobrevivencia económica.
• Las formas y mentalidades tradicionales, de poderosa influencia dominante.
La confusión filosófica predominante en todas las épocas históricamente y también en la presente, sobre considerar que las instituciones religiosas, representan al Creador.
• No le es cómodo interpretar que las religiones, son contenedoras y un camino hacia Dios, pero que no lo representan, lo que sería un reducionismo inconcebible.
• Su ideario interpretativo básico, que desde la concepción exclusivamente mental, lo hace imaginar a las realidades espirituales con formas humanas, lo que fomenta el reducionismo innegable del suceder espiritual, tiene problemáticas dificultades para interpretar lo etéreo o abstracto.
Viene desde la antigüedad la idea de que Dios tiene aspecto de hombre.(Buonarroti, capilla sixtina la creacion del hombre)

Su innata actitud dogmática y ritualista, que le hace difícil razonar, y reflexionar en forma científica.
• En consecuencia se produce una cierta complicidad espiritual de intenciones reducionistas, que prevalece en el inconciente colectivo, y se traslada hacia la descendencia, época a época.
• Se considera arbitrario y paradójico, que cada persona puede elevarse espiritual al Creador individualmente, y/o en la congregación religiosa que elija, que no es inexorable, una u otra forma, se tiende a un ideario y/o ideología extrema, imperiosa.
Un grupo en la humanidad, cuando se distancia de la religión, también se distancia de su fe en la existencia espiritual de Dios, producto, de que sigue manteniendo la idea subjetiva de que las religiones representan al Creador.
• No parece factible aún la disociación elemental desde lo espiritual, que el Creador es un ser único y únicamente espiritual, no comprometido con los hechos de los hombres, ni del universo.
• Siempre se ha entendido tradicionalmente que el Creador lo ha hecho con el Universo, y en consecuencia con la criatura humana, sin hacer un razonamiento sobre esta aseveración, que obviamente es falsa, puesto que sólo ha creado a nosotros las almas, y/o espíritus, y/o seres espirituales, como decidamos nombrar.
El Creador no ha creado la materia, lo que están descubriendo como era factible e inexorable los investigadores de las distintas disciplinas científicas.
Los mitos y/o leyendas que actúan como mentalidades ideológicas atravesando las épocas, únicamente posible por las características, dogmáticas y ritualistas, que describí anteriormente, y por la complicidad de esa misma actitud.
El lenguaje coloquial, que se impone inexorablemente, a pesar de los tremendos errores interpretativos y cuya connotación forma paradigmas falsos y muy fuertes de convicción, generando determinismos absolutos, que funcionan como “diques” del razonamiento.
Ejemplos: de esta aseveración en las novelas, cuentos, arte en general, música, los medios, la poesía y otros medios discursivos, hablan de que el hombre tiene un alma, “…desde el alma”…….en mi alma”……”me llegó al alma”, formando la connotación semántica de que se “viva” en el ánimo y en el imaginario, que además de ser, tenemos un alma, cuando sólo somos el alma, unida a un cuerpo.
• El carácter sacralizado de las doctrinas de las religiones, que no tienden a la investigación, análisis y reflexión por partes de los seres integrantes de la congregación, lo que inexorablemente lo delimitan a ser creyentes, sin posibilidades de convicción, y/o de comprobación.
• La falta de interés creciente en la indagación de las doctrinas religiosas, del apartamiento del hombre de fe. de las bases religiosas.
• No está pasando por la lívido de los seres humanos a nivel planetario la indagación religiosa.
• El creciente interés por el glamour y la sofisticación de las costumbres mundanas.
• La ideología generalizada del concepto de finitud total del ser humano. Se habla de esperanza de vida, cuando debería hablarse de esperanza de vida del cuerpo.
Continuamos

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